Rafael Seminario fue un destacado animador y cineasta peruano. Nacido el 19 de noviembre de 1929, Seminario es reconocido por su contribución pionera a la animación en Perú. En 1952, realizó "Sorpresas Limeñas", que se considera la primera película de animación en el país, aunque se estrenó públicamente en 1957. Su trabajo, financiado por J. R. Lindley e Hijos S.A., se destacó por su calidad y originalidad en la época.
Influenciado por la reconocida animación de Disney, el creador decidió emprender su propio camino en el mundo de los dibujos animados. Inicialmente intentó colaborar con un técnico de Metro Goldwyn Mayer y otro de Bolívar Films en Venezuela, pero no logró llegar a un acuerdo con ninguno de ellos.
Finalmente, al asociarse con López, logró avanzar en el área de producción y creó un corto experimental de cinco minutos en el que debutaba Periquito, un personaje infantil con sombrero y poncho rural, uno de los primeros de la animación peruana.
Sin embargo, su trabajo no recibió la atención que merecía hasta más tarde, cuando encontró el respaldo de empresarios visionarios que confiaron en su talento y en el potencial de la animación como medio audiovisual.
Tras cinco años de esfuerzo en el campo del dibujo animado, el creador logró presentar una de sus obras, Sorpresas Limeñas, en el circuito de exhibición cinematográfica nacional, marcando su entrada destacada en el ámbito.
En 1968, mientras trabajaba de nuevo para Lindley e Hijos S.A., Seminario diseñó a Bimbo, un carismático osito con pantalones de tirantes, sombrero de paja y monóculo, para representar una nueva línea de refrescos. Este personaje se convertiría en un ícono de la publicidad peruana. Seminario produjo cinco cortos con Bimbo, que serían emitidos tanto en cine como en televisión, y más tarde el personaje sería animado por otros creadores.
Más adelante, en 1972, durante el gobierno militar, se aprobó la ley 19327, que exigía la proyección de cortometrajes nacionales en los cines. Aprovechando esta legislación, Seminario hizo historia nuevamente al crear, bajo la producción de Industria Andina del Cine de Fortunato Brown, el primer cortometraje animado no publicitario en Perú: Pacto Andino (1976).
Con Industria Andina del Cine rodaría Seminario aún dos cortos: Balanza Comercial (1976) y Un país sin desarrollo (1981), realzada con la narración del carismático folclorista Nicomedes Santa Cruz.
Seminario se propuso en algún momento buscar gente capacitada para desempeñarse en el campo de la animación. Fue así que, a mediados de la década del setenta, abrió un instituto, ubicado en la avenida Arenales, dedicado a la enseñanza formal de la animación. Este fue quizás el primer esfuerzo de esa naturaleza llevado a cabo en nuestro país y, aunque no duró más de dos años, sirvió eficazmente como medio para dar a conocer una serie de talentos que luego colaborarían en algunas de sus producciones.
A mediados de los años setenta, Seminario trabajó en dos proyectos que no lograron concretarse. El primero fue Yurak, una historia sobre un habitante andino con fuerza sobrehumana. El segundo proyecto, Zifrido, era una serie animada centrada en un personaje guerrero mítico. Aunque la serie no avanzó más allá de la fase de desarrollo, se llegó a producir un breve corto promocional en color de un minuto y medio.
El legado de Seminario es vasto y merece ser apreciado por las nuevas generaciones de animadores. En un contexto donde la tecnología digital lidera el campo de la producción, es fundamental que los recién llegados se inspiren en la iniciativa, el empeño y los elevados niveles creativos y artísticos que Seminario mostró en su trabajo. Estos valores deben ser una fuente de inspiración para quienes inician su camino y vislumbran con entusiasmo el horizonte de nuestra prometedora animación actual.
Fin.
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